(Radio Martí, 14/11/10) -
El académico argentino Guillermo Almeyra, columnista del diario mexicano La Jornada, opina que el documento preparado por el Partido Comunista Cubano para su sexto congreso de abril próximo es peligroso y contradictorio.
Almeyra señala que es muy grave que el documento no mencione a los trabajadores, ni siquiera a los sindicatos que, en el aparato estatal burocratizado, son la correa de transmisión de éste hacia aquéllos.
El académico destaca que en 32 páginas de texto, la palabra "socialista" aparece sólo tres veces y no hay ni una mención a la burocracia, su extensión y sus divisiones, ni siquiera para explicar quiénes escogerán los que serán declarados "disponibles". En cuanto a los órganos populares, democráticos, de control y de planificación, brillan simplemente por su ausencia, precisa el autor.
Almeyra plantea también que es igualmente grave que el documento no esté acompañado por un texto del partido sobre la fase actual de la economía mundial, la sociedad cubana, los peligros sociales y políticos de una apertura mucho mayor al mercado mundial y al mercado libre en la isla.
El historiador argentino lamenta que la desgraciada fusión entre el Partido Comunista y el Estado subordina el primero al segundo y le hace adoptar como propias la lógica y las necesidades estatales, anulando así su propio papel de control y de crítico y vigilante, por no hablar de su papel indirecto de portavoz de opiniones y necesidades de los trabajadores.
Almeyra, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de París, manifiesta que lo de Cuba es demasiado importante y demasiado grave para que sea sólo tema de discusión de los cubanos.
Almeyra señala que es muy grave que el documento no mencione a los trabajadores, ni siquiera a los sindicatos que, en el aparato estatal burocratizado, son la correa de transmisión de éste hacia aquéllos.
El académico destaca que en 32 páginas de texto, la palabra "socialista" aparece sólo tres veces y no hay ni una mención a la burocracia, su extensión y sus divisiones, ni siquiera para explicar quiénes escogerán los que serán declarados "disponibles". En cuanto a los órganos populares, democráticos, de control y de planificación, brillan simplemente por su ausencia, precisa el autor.
Almeyra plantea también que es igualmente grave que el documento no esté acompañado por un texto del partido sobre la fase actual de la economía mundial, la sociedad cubana, los peligros sociales y políticos de una apertura mucho mayor al mercado mundial y al mercado libre en la isla.
El historiador argentino lamenta que la desgraciada fusión entre el Partido Comunista y el Estado subordina el primero al segundo y le hace adoptar como propias la lógica y las necesidades estatales, anulando así su propio papel de control y de crítico y vigilante, por no hablar de su papel indirecto de portavoz de opiniones y necesidades de los trabajadores.
Almeyra, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de París, manifiesta que lo de Cuba es demasiado importante y demasiado grave para que sea sólo tema de discusión de los cubanos.
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