Por Guillermo Espinosa, (Aplopress)
Santiago de Cuba, 3 de diciembre del 2010. El sacrificio y la venta ilegal de carne de res constituyen delitos previstos en el actual Código Penal cubano. La pena que se impone por la comisión de los mismos supera en no pocas ocasiones a la de delitos mucho mas graves como el de asesinato.
En Santiago de Cuba, la carne de res, llega a las carnicerías una vez al mes y solamente para aquellas personas que poseen dieta médica por alguna enfermedad.
Según pude conocer en la Unidad 3136 ubicada en Calle L entre 4ta y 5ta Reparto Sueño de Santiago de Cuba, la carne de res debe llegar todos los meses y se distribuye libra y media por persona. Sin embargo, esta planificación ha sido incumplida sistemáticamente por el gobierno cubano pues la carne roja sólo ha podido llegar una vez durante el año 2010, siendo sustituida por 31 onzas de pollo.
Mientras esto sucede, existe un barrio en el mismísimo Santiago de Cuba donde el comercio de la carne de res se ha convertido en algo habitual.
Desde el año 2002, Yanet Elina Rivas Zamora y su esposo Boris Hechavarria comercializan el tan codiciado producto con total impunidad de las autoridades de la localidad.
Boris Hechavarria es el chofer del Director Comercial del Cárnico en Santiago de Cuba. Su profesión y los estrechos lazos que le unen al “jefe” le han permitido convertirse en un líder respetado por los agentes de la PNR y el muy temido DTI quien a pesar de conocer su accionar nada han hecho por frenar este negocio.
Boris transporta diariamente grandes cantidades de carne de res en el auto que maneja, u lada de color rojo con chapa USC 858, y su esposa Yanet Rivas Zamora la vende entre los vecinos de la zona, a un precio que oscila entre los 20 y 50 pesos la libra.
Ella lo mismo vende carne de res, de cerdo, que comercializa ropa sin poseer patente alguna.
El lugar escogido para la venta esta ubicado en Calle Enramadas entre 6 y 7 Reparto Santa Bárbara.
Aunque Yanet es promotora cultural, en las ultimas semanas, se ha dedicado además a mantener intercambios con la Policía Política de su zona y hasta encabezó un acto de repudio el pasado sábado a algunos opositores de Concilio Cubano que se encontraban en un plantón, muy cerca de su vivienda.
Ni a Yanet ni a su esposo les convenía tener cerca reunión política alguna por eso hizo todo cuanto pudo para frustrar la manifestación opositora, lo cual aunque no pudo conseguir si le valió para operar por un año mas con la complicidad de las autoridades locales.
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