viernes, 3 de diciembre de 2010

Piedad Córdoba, el protagonismo perdido.

Lic. Ernesto Vera Rodríguez. Abogado Independiente y 
Gestor de Concilio Cubano para las provincias orientales

Piedad Córdoba, un protagonismo Hay quienes para ganar un protagonismo en la vida política de su país, juegan al rol del “pacificador” indispensable, una especie de elegido de Dios para armonizar las partes en conflicto.

Este fue el caso de la senadora colombiana Piedad Córdoba, quien ya no podrá estar en el congreso colombiano debido a sus estrechos nexos con las FARC.

En el pasado mes de octubre, el Procurador General de Colombia ratifico la destitución de Córdoba, lo que implica que la ex senadora no podrá ocupar cargos públicos durante los próximos 18 años "por colaborar y promover al grupo armado ilegal de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)".

El Ministerio Público argumentó que "está comprobado" que Piedad Córdoba "emitió consejos al grupo subversivo frente al envío de vídeos de personas retenidas y la entrega de pruebas de vida de los secuestrados a gobiernos extranjeros".

También que "dio información a las FARC sobre asuntos diferentes a los relacionados con la liberación de los secuestrados”.

Quizás a muchos no nos sorprenda este desenlace, desde hace años se viene observando el paralelismo increíble entre el pensamiento y acción de Piedad Córdoba y el de sus mentores Evo Morales, Fidel Castro y Hugo Chávez. Prueba de esto lo constituyen sus constantes reuniones con estos lideres, cuyo pasado guerrero les impide servir de consejeros a tan “alta mediadora”.

Piedad Córdoba llega al Senado colombiano en el año 1994 y desde entonces formo parte de la comisión quinta que versa sobre minas y energía y fue Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y de la Comisión de Paz. Haciendo uso del favor de los medios de comunicación Piedad Córdoba fue convirtiéndose en una promotora más del llamado socialismo del siglo XXI. No importaba que esta vez se revistiese con tonos humanitarios, la esencia de sus pronunciamientos iban dirigidos a fortalecer el discurso chavista dentro de Colombia, enfrentándose en no pocas ocasiones al ex presidente Álvaro Uribe.

La Defensa de Piedad Córdoba ha intentado en vano de justificar su accionar ilegal, aludiendo a que su misión había sido autorizada por Álvaro Uribe. Esto es cierto, pero la autorización nunca fue dada para establecer estrechos nexos con las FARC ni parcializarse con uno u otro bando.

Cuando ya los recursos legales han finalizado y todos en su contra, la ex del Partido Liberal repite que su caso no ha sido más que un linchamiento político.

Los que hemos seguido de cerca su accionar polémico y parcializado podemos concluir que su inhabilitación constituye el más duro golpe recibido por las FARC en el año 2010.  

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