Lázaro González Valdés, ex preso de conciencia
En 1980, durante el discurso por la celebración del 1 de mayo en la capital de Cuba, Fidel Castro formuló: Quien no tenga genes revolucionarios, quien no tenga sangre revolucionaria (...), no lo necesitamos en nuestro país.
Ahora, treinta años después, el consejo de laicos católicos de La Habana sentencia en un editorial: Los sectores que aspiran única y simplemente a derrocar al Gobierno cubano, no pueden ni deben ser los que tengan en sus manos el futuro de Cuba.
Obviamente quienes apoyan esta postura política ratifican la inamovilidad del gobierno, que en Cuba por precepto constitucional es propiedad exclusiva del partido dirigido por Fidel Castro.
Sin embargo en los sistemas democráticos los gobiernos son derrocados pacíficamente cada cierto tiempo. Es derecho ciudadano protegido por la ley elegir a quien se desea como gobernante. No se estigmatiza como radical a quienquiera echar del poder a éste o aquél funcionario, o a todos a la vez, y tampoco se discrimina por ello.
El derecho a cambiar de gobierno fue abolido en Cuba de jure y de facto por el partido comunista (PCC), y no hay jurisdicción contra este grupo criminal en los inútiles tratados y organismos internacionales que presuntamente defienden las libertades básicas. Por lo tanto la mayoría de los cubanos están tácitamente secuestrados por los comunistas.
Esta contradicción de la minoría gobernando en contra de la voluntad de la mayoría ha sido y es una falla en el soporte del estado socialista pues lo contrario, el gobierno de la mayoría y el respeto de la minoría, es precisamente uno de los pilares de la democracia. Esto explica porque la dictadura reprime cualquier manifestación opositora, presenta las absurdas normas electorales como “atípicas” y llama eufemísticamente “nuestra democracia” al sistema de partido único.
Erradicar la arbitrariedad del PCC, hacer justicia, querer un sistema de gobierno plural, auténtico y conforme a los derechos humanos no es “poner palos en las ruedas de cualquier esfuerzo de entendimiento” porque ningún entendimiento razonable se obtiene contemporizando con quienes han cometido y cometen crímenes de lesa humanidad.
Usurpar el poder, violar las libertades básicas, infligir torturas mentales y físicas, desterrar, encarcelar y matar opositores políticos son algunas de las causas por las que el partido comunista debe ser echado del poder, tendrá que responder en su debido momento y carece de credibilidad para ser parte en la solución del conflicto. Quienes no coincidan con estos principios pueden poner su otra mejilla y esperar porque el opresor les afloje el yugo (es su decisión), pero no conseguirán consenso para el reciclaje de los opresores de la generalidad del pueblo de Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario