Foto Claudia Cadelo
Amelia tiene cerca de 50 años y vive sola, su esposo murió en Angola y desde entonces recibe una miseria de pensión a través de la Asociación de Combatientes. Como no trabaja para el Estado y, sin embargo, aún está en edad laboral, varias veces han tratado de retirarle los escasos 200 pesos que recibe en calidad de “ayuda económica”.
Desde que cambió su refrigerador, la vida se le ha complicado: tiene agua fría, pero una deuda con el Estado de 2000 pesos, una treintena de pagos mensuales más los recargos por atraso que no ha podido liquidar. Desde hace algunos meses recibe semanalmente a un “inspector” en su casa, que la informa de lo re-mal que va su caso. Todo empezó con una multa, que sobrepasaba su propia deuda impagable. Como no funcionó, vino el chantaje de quitarle el refrigerador y por último una amenaza de juicio. Leer Más…
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