jueves, 17 de junio de 2010

Disparos en el aula - Sobre educación

Por Víctor Manuel Domínguez

La Habana, Cuba - www.cubanet.org - Las señales de humo lanzadas por miles de cubanos que un día pasaron por las aulas, han puesto en máxima alerta a los apaga fuegos del saber en la Isla.

La fauna de funcionarios apolillados en el ridículo eslogan “los cubanos somos los más cultos del universo”, piden agua por señas ante el número de toletes graduados en distintos niveles del sistema nacional de enseñanza. El problema estaba en un mecanismo evaluativo complaciente y politizado, señalan algunos expertos, alarmados por la falta de conocimientos de cientos de profesionales.

Es decir, que si en su época de estudiantes respondían cuántas patas tenía y de cuál cojeaba el mulo de Ché Guevara, eran aprobados. De saber las veces que algún expedicionario estornudó durante la travesía del yate Granma, o quién era el que padecía de sonambulismo, la nota era excelente.
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Al parecer, no importaba si decían que Galileo era un torero que cortaba rabos y orejas aquí en La Habana. La nota dependía de los conocimientos sobre los personajes e itinerarios de la revolución cubana. De ahí para atrás no había más historia, o tenía una mínima importancia.

Pero esta pesadilla no ha pasado. Las curitas de Viernes de la ortografía no logran cubrir las heridas de la ignorancia. El documental En primera persona, realizado por Yasel Iglesias, Alberto Acosta y Amador Busutil, en los Estudios Independientes de Cine y Televisión, La Rabia Pictures, así lo demuestra. (Véase el documental en el panel de la derecha)

En los 7 minutos 23 segundos que dura el filme, un profesor de secundaria básica y una trabajadora del departamento de economía de una empresa, se indignan y rechazan el muro que ha levantado los estadounidenses entre su país y Australia.

Además, dos instructoras de arte desconocen quién escribió la Ilíada. La directora de una biblioteca dice que la caída del Muro de Berlín ocurrió en Rusia, y una maestra de primaria asegura que no recuerda donde nació Antonio Maceo, pues esta “siendo una especialidad en primer grado, en EFEMERIDAS mensual”, y olvidó ese dato. Como si fuera poco, la encargada de cuidar una escuela asegura que hubo dos guerras mundiales, la del 68 y la del 95; y otra trabajadora expresa convencida que sólo hubo una guerra mundial: la guerra mundial.

Con estos truenos no hay quien duerma. Los cubanos (los seres más cultos del universo) están pertrechados, y hay del que no sepa protegerse de los disparos en el aula. Tal vez nadie pueda frenar entonces la balacera de disparates que nos mostró el documental La Rabia Pictures.

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