martes, 6 de julio de 2010

Explotes

Por Regina Coyula / Blog Mala Letra

 Los trabajadores del Alí Bar explotaron por adulterar los productos y los precios. Los del consulado de España por vender ciudadanías. Los de Río Zaza por robo al fisco y demás etcéteras. Los maestros del preuniversitario Comandancia de La Plata por vender exámenes. Los inspectores de la vivienda de Plaza por aceptar sobornos. Una cirujana estética del Hospital Ameijeiras por poner implantes en el baño de una casa convertido en quirófano. El secretario del Partido de Ciudad de la Habana por tráfico de influencias… Y así. El denominador de este conglomerado heterogéneo es la corrupción. Un fenómeno que ha hecho metástasis en nuestro país, unas veces favorecido por figuras del gobierno o por estructuras del gobierno, otras sin que el gobierno lo pueda evitar. Lo cierto es que nos hemos vuelto un pueblo de malversadores, receptadores y delitos afines porque la moral de supervivencia es permisiva y se disfraza con trucos semánticos contra la mala conciencia. Los que roban “luchan”, los que desvían recursos “resuelven”. Podremos tener una democracia cuando las leyes biológicas se impongan, pero, será difícil devolver a este pueblo la percepción de dónde empieza lo mal hecho, las leyes no podrán violarse con sólo sacar billetes del bolsillo o aplicar la violencia. Los nacidos luego de 1959 no han conocido si no de oídas lo que es un estado de derecho y el aprendizaje moral llevará tiempo. Sabré que las cosas andan encaminadas cuando se pueda comprar en el mercado lo mismo leche o cemento con un precio asequible acorde a los ingresos.

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